La sabiduría del Creador se expresa con exactitud, síntesis y poesía en el Libro Sagrado del Génesis: "Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya: a imagen de Dios los creó; los creó varón y hembra. Y les echó Dios su bendición" (1, 27-28). El hombre se unirá con su mujer, reafirma Nuestro Señor Jesucristo[2]. Sin heterosexualidad tampoco hay fecundidad.

 

 

 

[1] Juan Pablo II enseña a los jóvenes: "Dios ha creado al ser humano hombre y mujer, introduciendo con esto en la historia del género humano aquella particular ´duplicidad´ con una compleja igualdad, si se trata de la dignidad humana, y con una complementariedad maravillosa, si se trata de la división de los atributos, de las propiedades y las tareas, unidas a la masculinidad y a la femineidad del ser humano". (Carta Apostólica a los Jóvenes con ocasión del Año Internacional de la Juventud, núm.10. 31-3-1985).

[2] "Dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá con su mujer, y serán dos en una sola carne". (Mt. 19, 5).