No depositamos mayores esperanzas en ese acuerdo, si bien que apoyamos calurosamente todas las medidas paliativas que se puedan tomar. Esto porque el problema es mucho más hondo, concerniente a una reforma moral que debe nacer de una pregunta previa:
¿El cuadro descrito más arriba y sus perspectivas de empeoramiento, está de acuerdo, es compatible con el orden de la familia y de la sociedad que los españoles deseamos para nuestros hijos? ¿O es necesario llevar a cabo una completa y profunda depuración moral de los ambientes sociales y públicos, si se quiere sobrevivir a la actual crisis y tener un futuro digno de ser vivido?
[1] Cf. Zenit, 21-1-2002.